Guía para la planificación y gestión de infraestructuras
La planificación de las infraestructuras viarias garantiza que los sistemas de transporte sean eficientes y seguros, y estén preparados para el futuro. Pero, ¿cuáles son los elementos clave de la planificación de infraestructuras? Sigue leyendo para descubrirlo.
Se prevé que los desplazamientos mundiales de pasajeros y mercancías aumenten considerablemente de aquí a 2050. Para afrontar este crecimiento, se calcula que habrán de añadirse 25 millones de kilómetros de carreteras y 335 mil kilómetros de vías férreas.
Sin embargo, no se trata exclusivamente de añadir más carreteras y vías férreas. Las infraestructuras viarias tienen un impacto enorme en nuestras vidas. Definen el aspecto de nuestras ciudades, conectan comunidades y determinan nuestra forma de desplazarnos. Además, las futuras infraestructuras viarias deben hacer frente a retos futuros, como el aumento de la población urbana y la creciente contaminación atmosférica.
Para garantizar que todo el mundo tenga acceso al transporte, y con él a los servicios, de forma sostenible y con posibilidades de adaptación, las ciudades necesitan una sólida planificación y gestión de las infraestructuras.
¿Qué importancia tienen las infraestructuras viarias?
Una mayor eficiencia
La congestión y la falta de espacio son retos que afectan a casi todas las ciudades. Pero, ¿cómo podría distribuirse el limitado espacio urbano entre las distintas partes interesadas y modalidades de movilidad? ¿Y cómo podrían mejorarse el flujo de tráfico y el nivel de servicio?
La modelización y planificación del transporte pueden ayudar a los urbanistas a probar nuevas infraestructuras en un entorno virtual con el fin de mejorar las ya existentes y las proyectadas, y para aprovechar mejor el espacio. Las herramientas pueden utilizarse para analizar problemas subyacentes, poner a prueba distintas situaciones hipotéticas, elaborar una estrategia de transporte nueva, justa y eficiente y, por ejemplo, conseguir entregas y conexiones más rápidas
Mejora de la habitabilidad del espacio urbano
Se prevé que en 2050 dos tercios de la población mundial vivan en zonas urbanas. Esto pone de manifiesto la creciente necesidad e importancia de las infraestructuras de transporte en las ciudades. Una buena infraestructura de transporte mejora la calidad de vida de la población de una ciudad y aumenta la seguridad, la igualdad de acceso a los servicios y la calidad del aire, mientras que una infraestructura deficiente empeora estos parámetros. Pero, ¿qué medidas permiten lograr un éxito duradero?
El análisis de los datos de accidentes permite a la policía y otras autoridades identificar, mitigar y prevenir los puntos conflictivos. Los análisis del tráfico permiten a los urbanistas poner a prueba distintas situaciones hipotéticas y, en función de estas, diseñar infraestructuras de transporte que reduzcan las emisiones, ofrezcan una movilidad segura a todo el mundo y reduzcan los accidentes a largo plazo.
Refuerzo del transporte público
El transporte público desempeña un papel importante en la accesibilidad de la movilidad. Un análisis de la demanda ayuda a identificar los «puntos blancos» y el exceso de oferta y sirve de base para tomar decisiones sobre nuevas líneas o estaciones. Con un modelo de transporte es posible simular futuras situaciones hipotéticas o alternativas y adaptar en consecuencia las inversiones en infraestructuras. El modelo también es útil para encontrar la ubicación adecuada para los centros de movilidad, donde confluyen el transporte público y las nuevas formas de movilidad, como los viajes y coches compartidos, las bicicletas compartidas y los patinetes eléctricos.
Un transporte preparado para el futuro
Las ciudades son como organismos vivos que crecen y evolucionan. Las personas vienen y se van, al igual que los proyectos inmobiliarios y las tendencias de movilidad. Las infraestructuras, sin embargo, se construyen a largo plazo debido a sus enormes costes: los puentes, las carreteras y las vías férreas perduran décadas.
Por tanto, es crucial garantizar que las infraestructuras construidas hoy tengan en cuenta y satisfagan las necesidades del mañana. El diseño de las infraestructuras debe adaptarse a las cambiantes circunstancias demográficas, económicas o espaciales. Esto implica, por ejemplo, evaluar las políticas y normativas de movilidad antes de construir y optimizar la infraestructura necesaria para la movilidad eléctrica y compartida.
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Un aumento de la seguridad y la capacidad de adaptación
Las carreteras, puentes, túneles y demás infraestructuras de transporte envejecen y se degradan con el tiempo. Para que sigan siendo seguras, deben recibir un mantenimiento adecuado. Los derrumbes de puentes, por ejemplo, son muy excepcionales, pero cuando ocurren pueden acarrear graves daños e incluso lesiones, víctimas mortales y elevados perjuicios económicos. Si bien los baches son menos espectaculares, son también causa de grandes perjuicios económicos, así como de colisiones y accidentes graves. Por poner un ejemplo: en Estados Unidos, un tercio de las principales vías urbanas se considera deficiente y alrededor de un tercio de las muertes anuales por accidente de tráfico se produce por el mal estado de las carreteras. .
Las señales de tráfico poco claras, la mala señalización de los carriles y, en general, el mal diseño de las carreteras también pueden ser peligrosos. En cambio, una infraestructura bien diseñada puede mejorar la seguridad vial: por ejemplo, las carreteras diseñadas para minimizar los cuellos de botella contribuyen a un tráfico más fluido, lo cual reduce los accidentes. La sustitución de semáforos por rotondas ha demostrado también mejorar considerablemente la seguridad de los cruces..
El segundo paso consiste en definir posibles mejoras o cambios en las infraestructuras en función de las necesidades detectadas y evaluar si resultan viables. Este paso implica probar distintas variantes del proyecto en un entorno virtual, estimar los costes de capital y explotación y realizar un análisis coste-beneficio por proyecto. A partir de este análisis, se identifica la opción más adecuada.
En el tercer paso se crea un plan general de transporte. Esto implica probar diferentes combinaciones de medidas y variantes en materia de infraestructuras y evaluar sus efectos sobre la congestión, los tiempos de viaje, la elección de la modalidad, las emisiones, el ruido y otros resultados (no) deseados. A partir de estos complejos análisis se determinan las prioridades de los proyectos.
El cuarto y último paso es la planificación de la ejecución. En este paso se elaboran el diseño final del proyecto y el calendario de ejecución. En esta fase, hay que asegurar los fondos necesarios para el proyecto y planificar las medidas durante la fase de ejecución (como bloqueos de carreteras y desvíos).
El tercer y cuarto paso suelen tener un componente político y por lo tanto son objeto de debates.
Preguntas frecuentes sobre la planificación de infraestructuras viarias
¿Qué son las infraestructuras viarias?
Las infraestructuras viarias incluyen elementos físicos, como las propias carreteras, así como todo lo asociado a ellas: por ejemplo, paradas de autobús, terminales de camiones, señalización, drenaje y estructuras como puentes o túneles
¿Cómo contribuyen a la economía las infraestructuras viarias?
El Banco Mundial se refiere a las carreteras como “arterias por las que late la economía.” Conectan a los fabricantes con los mercados, a los trabajadores con sus puestos de trabajo y a los estudiantes con las escuelas y, por tanto, impulsan el desarrollo económico y el crecimiento del PIB. Además, en la economía actual, las cadenas de suministro son muy complejas e interdependientes. Una buena infraestructura viaria dentro de los países y entre estos garantiza un transporte ágil de las herramientas y mercancías necesarias para el proceso de producción y una distribución eficaz del producto final.
¿Cómo podemos mejorar la calidad de las carreteras?
Las calles con baches, mala señalización y pavimento en mal estado no solo son incómodas: circular por ellas supone un alto coste económico, ya que ralentizan el transporte de mercancías y tienen una influencia decisiva en los accidentes. No permitir que las infraestructuras se deterioren hasta el punto de que aumenten bruscamente los costes de mantenimiento es el primer paso para preservar la calidad de las vías en un nivel aceptable. Esto incluye, entre otras cosas, el mantenimiento del pavimento, la señalización y el marcado de las vías existentes. Además, la calidad de las vías puede mejorarse a largo plazo mediante la inversión en materiales de pavimentación innovadores. Otro enfoque para mejorar la calidad de las carreteras es reducir el desgaste, por ejemplo, haciendo más atractivo el uso del transporte público o consiguiendo un tráfico más fluido.
¿Cómo se puede lograr un tráfico más fluido?
Existen distintos enfoques para aumentar la fluidez del tráfico: uno de ellos consiste en utilizar la infraestructura de tráfico ya disponible de forma más eficiente, por ejemplo, mediante semáforos inteligentes que cambien de color en función del volumen de tráfico para mejorar los flujos de tráfico, crear ondas verdes y evitar numerosas paradas y arranques durante la circulación. Otro enfoque consiste en reducir el tráfico ocasionado por el transporte privado motorizado dando prioridad al transporte público, los ciclistas y los peatones con el fin de aumentar el atractivo de las formas sostenibles de movilidad frente a la conducción. El planteamiento más costoso es cambiar o ampliar la propia infraestructura, por ejemplo, añadiendo o ampliando vías o sustituyendo semáforos por rotondas.
¿Cómo podemos solucionar el mal estado de las carreteras?
Existen tres planteamientos para solucionar el mal estado de las carreteras. En primer lugar, invertir regularmente en infraestructuras viarias y realizar un mantenimiento continuo de los pavimentos, las señalizaciones, las marcas, los puentes y los túneles. En segundo lugar, mejorar la planificación urbanística para evitar congestiones y mejorar la fluidez del tráfico. En tercer lugar, fomentar e incentivar otras formas de movilidad, como caminar, ir en bicicleta y usar el transporte público.
How can we maintain road safety?
La seguridad vial puede aumentarse invirtiendo continuamente en el mantenimiento de las infraestructuras viarias existentes para evitar el desmoronamiento del pavimento, la falta de claridad de las señales de tráfico, el marcado deficiente de los carriles y la inseguridad de puentes y túneles. Además, podemos invertir en infraestructuras viarias de probada eficacia para aumentar la seguridad, como aceras suficientemente anchas y con separación espacial o rotondas en lugar de semáforos. También podemos invertir en el análisis de los datos de accidentes para identificar, mitigar y prevenir los puntos conflictivos.
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